Sr. Director:
Yo fui alumna del señor Gambra, en los primeros 70, cuando el Instituto Lope de Vega de Madrid era un centro de gran prestigio gracias a profesores como él, vocacionales y con una capacidad asombrosa de enseñar e interesar a las quinceañeras (! ¡) en cosas (filosofía, arte, griego, latín), que no nos hubieran alcanzado la cabeza ni el corazón de no ser por la enorme profesionalidad que tenían.
Si soy una persona formada es gracias a esas semillas. Y respeto enormemente que a usted le haya parecido importante dar la noticia de su muerte.
Joaquina Iborra
JOIBQU@telefonica.net