Laura y Javier han aprendido una de las enseñanzas más punzantes de su existencia. Ella con 18 años se aficionó al speed y a las anfetaminas.

Pronto el capricho de la cocaína la devoró. Ahora a los 24 abriles está culminando una terapia de deshabituación en Proyecto Hombre. Él, con 21 años, arrancó ligando con los porros y acabó embaucado por la cocaína. Son las experiencias de dos de los 1.079 adolescentes que arribaron el pasado año a esta institución para estrenar un plan con el fin de resurgir de las tinieblas de los estupefacientes, según el portavoz de las XI Jornadas de Proyecto Hombre Menores, drogas y sociedad.

De las drogas nadie está libre. Cada día llega un mayor número de menores, un 63,5%, en busca de un plan de deshabituación. Las drogas siempre pasan factura. Dice la comunicación           publicitaria del Ministerio de Sanidad y Consumo, dentro del Plan Nacional sobre Drogas. Tiene como finalidad esquivar el derroche de los alcaloides entre los adolescentes.

La droga llega directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que los narcóticos pueden producir daños, como zozobra, melancolía, brotes psicóticos o tendencias al suicidio.

¿Será esto lo que algunos buscan, en clara línea con la cultura de la muerte?, apremia embestir a fondo contra las drogas, contrarias a la salud.

La droga es una de las plagas de la sociedad de nuestros días. La elevación de los índices de consumo de estupefacientes ha crecido de una forma alarmante y las autoridades se encuentran desbordadas con este grave problema. La drogadicción ha tomado carta de naturaleza en una parte de la población juvenil de todo el mundo. Se están poniendo los medios para terminar con esta lacra social que sólo lleva a la a la autodestrucción y a la muerte.

Clemente Ferrer Roselló

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