El cine alemán nos ha proporcionado en los últimos años películas inolvidables (La vida de los otros, Sofia Scholl, etc...). No es el caso que nos ocupa, una comedia romántica tan comercial y tópica como soez.

Ludo (Til Schweiger) es un reconocido periodista del corazón que consigue las mejores exclusivas porque nada ni nadie le detiene. Pero, tras montar un escándalo durante la fiesta de compromiso de un deportista famoso, es condenado (para conmutar su pena de prisión) a realizar  300 horas de trabajos sociales en una guardería. La sorpresa llega cuando descubre que la responsable de ese centro infantil,  Anna (Nora Tschirner), es una antigua compañera del colegio a la que Ludo le hizo la vida imposible...

El arranque de la película, en el que se parodia el trabajo sucio que realmente realizan muchos reporteros de la prensa rosa, parecía que podía derivar en un producto gracioso e incisivo. Pero pronto el desarrollo de la trama con abundancia de lugares comunes (la subtrama de la guardería recuerda demasiado a Poli de guardería, otro momento a Cuando Harry encontró a Sally etc) y de instantes donde prima el humor grosero y los gags visuales tontorrones, la convierten en una comedia sólo apta para aquellos que les gusten productos tipo American Pie o series españolas del peor estilo (léase Aida). Por todo ello, no se dejen engañar por la publicidad que anuncia que Un conejo sin orejas fue la película más taquillera de Alemania en el 2008, también en España han hecho una buena caja, en semanas pasadas, largometrajes tan infumables como Mentiras y Gordas (con guión de nuestra actual ministra de Cultura) y Fuga de cerebros Nuestros adolescentes no tienen remedio si siguen contemplando estos peliculones pero ustedes sí

Para: Los que apuesten por el humor groserillo y facilón