La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, está obsesionada con responsabilizar a la compañía del accidente

Desde que se produjo el fatal accidente de Spanair, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, está empeñada en echarle la culpa a la empresa. La razón es sencilla: o tiene la culpa la empresa o la tiene ella. Así que ambos andan tirándose los muertos a la cabeza, con perdón. Así ocurrió en su comparecencia del viernes. Señaló que el comandante había pedido un avión de repuesto. Se había gestionado, pero finalmente se optó por salir con el siniestrado.

La compañía niega el dato y es el Gobierno quien filtra a RTVE la conversación registrada para demostrar que efectivamente se estuvo a punto de cambiar de avión. Pero la compañía se encuentra más que molesta y se queja de la filtración. Así que sale un comandante de Spanair en pantalla diciendo que es una práctica habitual. Una especie de rectificación sin rectificar. Pero el daño ya está hecho. Por eso Dolores de Cospedal reclama "prudencia", aunque insiste en que el PP no hará política con el sufrimiento de las víctimas.

Por cierto que entre las imágenes que sacó el Telediario en la siguiente noticia sobre la caída de los ingresos de turismo colocaron las de Marsans, ‘casualmente' los anteriores dueños de Spanair. Pero es sólo una casualidad.

Pero regresemos a la polémica. ¿Qué opina el presidente del Gobierno? Dice Zapatero que la ministra lo que hizo fue dar toda la información disponible. Y matiza que "tiene la validez que tiene" porque es verdad que es una práctica habitual. E insiste: "no tiene ninguna intencionalidad". ¿No?