La metodología concluye con cuestiones tan curiosas como esta: al Santander y al BBVA les vendría de miedo la quiebra de España. Asimismo, nadie se cree las variables con las que se calculan las necesidades de capitalización. Pero todo sea por justificar los créditos blandos que se recibirán de la Troika.
El viernes, con los mercados cerrados, publicó el Banco de España el segundo de los estudios encargados a las consultoras extranjeras. En concreto, publicaba el segundo de una de las más famosas parejas desde Oliver y Benji, conocida como Oliver Wyman, sobre las necesidades de capital de la banca española. Sorpresas, pocas. Las cifras de necesidades calculadas por Oliver Wyman entre 54 y 59 millardos de euros acotaban las anunciadas en junio: entre 51 y 62 millardos de euros. Por no sorprender, no lo hacían ni las hipótesis utilizadas en los cálculos. Eran idénticas a las de junio. Tampoco sorprendía la testarudez en mantener dichas hipótesis cuando algunas, como la de que el Euribor a 12 meses cerrará en media de 2012 en el 1,5%, que dicho tipo como mucho se irá al 2,5% en 2014 o que la inflación nunca superará el 2%. Hipótesis que parecen ya a estas alturas muy poco sostenibles.
Eso sí, era tranquilizador saber que para hacer el trabajo ha hecho falta mucha gente: 400 personas, y que el trabajo, como la pedrea, ha estado muy repartido. Allí estaban las cuatro grandes auditoras recabando los datos, Boston Consulting Group coordinándolos, seis tasadoras y Olivar Wyman para hacer el corta y pega final para presentárselo al pagano de turno: el Banco de España. No cabe duda de que el sector público crea mucho empleo, aunque sea temporal, en el sector privado teniendo la deferencia de no poner a trabajar a sus funcionarios.
Lo más relevante no es la cifra alcanzada, sin embargo, ni la discusión pedante sobre la calidad de los datos recabados o la representatividad de las hipótesis utilizadas. No es eso, porque no hay nada, insisto, sorprendente en todo ello. Lo relevante es comprobar que hay tres instituciones, de las del denominado Grupo 0, para las que cuanto peor vayan las cosas, a ellas las irá mejor. El estudio calcula los excesos o necesidades de capital en dos escenarios que llama base y adverso, siendo el primero el más probable y el que muestra una situación menos dura desde un punto de vista macroeconómico. La situación de casi todas las entidades empeora cuando pasan del escenario base al adverso. Así, las que tienen déficit de capital, es decir, están más endeudadas de lo que permiten los límites legales en la situación optimista, pasan a tener un déficit mayor en la situación pesimista. Otras que tienen superávit en el caso base, llegan a tener déficit en el caso adverso o reducen, al menos, su superávit. Y, por último, nos encontramos con tres instituciones cuyo exceso de capital se amplía al pasar de la mejor situación macroeconómica a la peor.
Las mejoras en la solvencia de estas tres entidades no son una broma, al menos en los casos del Santander y del BBVA. El banco cántabro presidido por Emilio Botín (en la imagen), pasa de un superávit de 19.181 millones de euros en el escenario base, a 25.297 millones de euro en el adverso, un 32% más de solvencia si las cosas van peor. BBVA incrementa su exceso de capital desde 10.945 millones de euros hasta 11.183 millones de euros, poco más de un 2% más, y Bankinter, a su vez, lo ve crecer desde 393 millones de euros hasta 399 millones de euros.
Esto no demuestra, por supuesto, que Oliver Wyman se ha equivocado, sino otra cosa. En términos bursátiles podríamos decir que estos bancos se han puesto cortos de España. Ya saben que en bolsa ponerse corto es apostar a que un título va a bajar y obtener beneficios de ello. Los cortos son, por ello, muy impopulares, como los enterradores, pero no porque hagan nada malo, como tampoco los enterradores. Simplemente estudian el mercado y aprovechan la ocasión. Demuestra también que no todos los gestores son iguales. Los de las cajas nacionalizadas, aquellas con más necesidades de capital, son los que ven crecer más su déficit si la situación adversa se concreta. Realmente estos gestores, está claro que ni las vieron venir ni las ven ahora y, como los bolsistas aficionados, sólo saben operar en mercados alcistas. Es por eso que siempre están pidiendo liquidez para que el mercado suba y, en su defecto, ayudas para traspasarnos las pérdidas.
Rubén Manso Olivar
ruben@hispanidad.com