Telefónica de España se defiende de la información que Hispanidad.com publicaba el martes 7 relativa a la comercialización de pornografía a través del canal de adultos del videoclub que oferta Imagenio en su paquete básico. Afirma la teleoperadora que esa oferta es bajo pago y que, por tanto, no se incluye en el paquete básico "como hacen otras compañías del sector", en abierta referencia a los cableros.

Además, en la compañía consideran que la clave de protección infantil del canal de adultos es suficiente para proteger los derechos de la infancia. Sin embargo, las asociaciones familiares señalan que la citada clave es un mecanismo claramente vulnerable y muestran su sorpresa porque un producto comercializado bajo el eslogan del "ocio para toda la familia" incluya la oferta de cine pornográfico.

"Creemos que encaja bastante mal con el espíritu de empresa socialmente responsable que Telefónica trata de vendernos", señala el abogado José Chércoles, portavoz de la Asociación de Padres Cristianos. Y es que, efectivamente, entre los principios de los que alardea la compañía se encuentra el de "proximidad" en que se establece que Telefónica "será sensible a la sociedad en la que actúa". Parece evidente que la sociedad española no digiere la pornografía como producto familiar. "El Subdirector General de Responsabilidad Social Corporativa, Alberto Andreu Pinillos, debería tomar nota del malestar ciudadano", señala Chércoles.

El cocinero de semejante desaguisado es Mariano Sotillo, consejero delegado de Telefónica Cable. Sobre él recayó la responsabilidad de diseñar los contenidos de Imagenio sin ningún tipo de supervisión. En el test practicado en Alicante durante los últimos dos años, Sotillo descubrió que la pornografía era muy demandada. Sólo se escapó un detalle: el test era gratuito y no medía lo que el usuario estaba dispuesto a pagar.

Tampoco midió el impacto que sobre la imagen de marca tendría la oferta de pornografía en una empresa que trata de ser "familiarmente responsable". "Es una pena que la mayor multinacional española en lugar de estar en la vanguardia de la innovación como las teleoperadoras norteamericanas haya optado por un modelo de negocio propio de empresario de televisión local", concluye Chércoles. Ahora le toca el turno al presidente de Telefónica de España, Julio Linares, que deberá de mover ficha. Mucha Telefónica.

Por cierto, en la operadora española hay sectores que están radicalmente en contra de la inclusión de pornografía.