El empeño de Telefónica en hacerse con Vivo ha quedado tan demostrado como las pocas ganas de Portugal Telecom en abandonar Brasil. Pero, una vez aumentada la oferta, con una prima del 180%, es difícil que los accionistas se resistan a vender. Eso dejaría a PT fuera de Brasil y con una liquidez difícil de manejar a corto plazo.
Por ello, el plan B podría ser hacerse con Vivo en dos fases. En la primera, PT vendería a Telefónica una parte de su participación en Brasilcel (propietaria a su vez del 60% de Vivo), lo suficiente como para que la española tenga el control de Vivo. El resto se vendería a los largo de tres años. De esa forma, Telefónica se haría con el control de Vivo y PT mantendría un pie en Brasil, que es en definitiva su mercado natural por aquello del idioma. Además, la portuguesa tendría tiempo para buscar nuevos negocios en los que invertir el dinero procedente de la venta del resto de Brasilcel.
Mariano Tomás
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