• Los bancos de inversión animan a la teleco española a vender activos para reducir apalancamiento, pero en Telefónica no están por la labor.
  • La opción es reducir gastos, especialmente en Telefónica de España, que ha heredado una plantilla imposible de asumir.
  • El futuro se fía a la nueva Telefónica Digital.

La "operación Endesa" fue viable, entre otras razones, porque la empresa tenía poca deuda en proporción a su actividad y a sus competidores; en cambio una hipotética "operación Telefónica" es poco menos que inviable, dado que su volumen de deuda es bastante abultado. O sea, que cualquier competidor, fondo soberano o entidad que se quisiera hacer con Telefónica (por ejemplo, con el pretexto del rescate tibio que se nos aproxima) se asusta ante la perspectiva de los 69.000 millones de euros de deuda (un 199% de la facturación); sobre todo si compara con otras empresas competidoras como Deutsche Telekom o France Telecom (que "sólo" deben 40.000 y 30.000 millones de euros respectivamente, con una facturación similar las dos primeras y algo más baja la tercera).

En estos tiempos de desapalancamiento súbito, parecería encomiable la decisión de toda gerencia que quiera reducir su deuda. En el caso de Telefónica, la animan a ello esos bancos de inversión que saben que es una empresa demasiado grande para cerrar y que les convendría verla adelgazada y lustrosa para otro hipotético festín desamortizador. Dadas las circunstancias, es lógico que la empresa acceda a seguir la dieta recomendada para recuperar el favor de los mercados.

Pero hay varias maneras de reducir la deuda: vendiendo activos, aumentando recursos propios o reduciendo gastos. La solución preferida por esos bancos de inversión que nos quieren 'beneficiar' con su intermediación es la venta de activos, porque así se van forrando a la chica en espera del gran juego; lo que pasa es que el precio actual de los activos no es el mejor y, además. se reduce el ámbito de actuación de la empresa.

Son las otras dos formas las más meritorias y las que hacen empresa: ampliar capital en directo o con convertibles y, sobre todo, reducir gastos (la mejor campaña de publicidad sería romper con el papel gestor de los políticos nepotes, porque dan la impresión de que todos servimos para todo, pero "unos más que otros" como en la granja de Orwell).

Por tanto, la opción de Alierta es muy clara: no hay que vender activos sino reducir costes en todos los activos, especialmente en Telefónica de España que ha heredado una plantilla muy difícil de asumir para las próximas fechas.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com