El máximo órgano de gobierno de la compañía, a propuesta del director general de Reputación Corporativa, Alberto Andreu, aprobó una resolución relativa a los contenidos eufemísticamente llamados de "adultos" en todas las compañías del Grupo : Imagenio, Terra, Emoción, etc. Además, la medida deberá de ser aplicada en todos los países en los que opera la empresa: más de 100 millones de clientes repartidos principalmente por los países hispanoamericanos.
Andreu elevó una propuesta fundamentada en argumentos jurídicos (derechos del menor) y comerciales (imagen de marca). En total, cerca de 30 folios para convencer a la dirección de la teleoperadora de la necesidad de no caer en la tentación del corto plazo y apostar por la rentabilidad de la compañía de cara al futuro. "Lo contrario habría sido pan para hoy y hambre para mañana", señala a hispanidad.com un directivo de la compañía.
La decisión no ha sido fácil de tomar, porque el consumo actual de pornografía en Imagenio supera con creces el 50% de la facturación. Pero ha sido tomada. Eso sí, con un calendario de planificación de 3 meses prolongados en 3 años para su implantación definitiva. Largo me lo fiais, don Cesáreo. Una vez aplicado el acuerdo en el caso de Imagenio, el contenido de "adultos" deberá de desaparecer del paquete básico, obligando al cliente a que expresamente comunique su deseo de ser dado de alta y estableciendo diversos pins de control de acceso.
Es lo que técnicamente se llama "opting", es decir obligar a tener que decidirlo. Algo así como lo que se hizo con las líneas eróticas 906 que suponían -por cierto- gran parte de las reclamaciones por facturación de Telefónica.
La decisión afecta también a E-moción que actualmente también ofrece contenidos pornográficos de un destacado éxito. También aquí habrá que establecer controles y desaparecer del contenido básico en abierto. Lo mismo ocurre con Terra, que ofrece en su catálogo de venta a distancia libros y videos porno. Además, las restricciones se aplicarán sobre todos los países donde opera la compañía
Dos son los factores fundamentales que han llevado a tomar esta decisión. Por una parte, la presión de los consumidores canalizada a través del portal del ciudadano activo HazteOir.com. La "invasión" de correos electrónicos no sentó bien en la teleoperadora, pero ha terminado calando en el sentir colectivo. Pero además, los fondos de inversión que participan en Telefónica también han pesado, porque ocurre que muchos penalizan esas prácticas poco "reputables" y premian los compromisos sociales. Además, la compañía tiene vocación de convertirse en una compañía familiar, con imagen de marca blanca y los contenidos de "adultos" en abierto chocaban frontalmente con el espíritu de la empresa.
Ahora sólo queda que el acuerdo de la comisión delegada se cumpla y a ser posible que se acorten los alargados plazos previstos.