Los españoles no quieren tener hijos ni comprometerse

Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España se produjeron 4.069 matrimonios menos en 2007 que en el año anterior. Es decir, la tasa de nupcialidad descendió de 4,62 a 4,67 matrimonios por cada mil habitantes. El INE facilita el número de "matrimonios" entre personas del mismo sexo (3.250), que supone un 1,25% del total. Sin embargo, en 2006 se produjeron 4.313 uniones homo. En otras palabras, un 24% menos, que revela que, pasada la fiebre y la propaganda, se pierde interés por el juguetito del matrimonio. Muy lejos de las 100.000 bodas gays anunciadas tras la euforia de la aprobación del texto.

En general, la baja tasa de nupcialidad indica el miedo de los españoles al compromiso, a pesar de que las leyes facilitan el divorcio… o precisamente por ese motivo. Por otra parte, la tasa de natalidad aumentó entre 2006 y 2007: 8.296 nuevos nacimientos, es decir, 10,95 nacimientos por cada mil habitantes. El número de hijos por mujer en edad fértil pasó de 1,38 a 1,39. El factor principal que contribuye al aumento de la natalidad es la inmigración: el 18,9% de los nacimientos es de madre extranjera. El Instituto de Política Familiar ya ha señalado que, a pesar de estos datos, continúa el déficit de natalidad, ya que nacen 80.000 niños menos que en 1.980. Según el IPF, España necesita 120.000 nacimientos anuales más para empezar  a cambiar la tendencia de envejecimiento poblacional.

Otro detalle curioso es el aumento de la mortalidad, motivado principalmente por el hecho de que los ancianos ricos de Europa vienen a España a pasar sus últimos días: sol, playa y atención médica hacen de nuestro país el cementerio de elefantes ideal. En el año 2007 se registraron 384.442 fallecimientos, 12.964 más que en 2006. El número de fallecimientos de ciudadanos extranjeros fue de 10.460 y supuso el 2,7% del total de defunciones. El 72,7% de los fallecimientos de extranjeros correspondió a nacionales de países miembros de la Unión Europea, que son los extranjeros residentes en España con edades medias más avanzadas. Por países destacaron el Reino Unido y Alemania, cuyos ciudadanos fallecidos representaron el 24,0% y el 13,0% del total respectivamente.