Los musulmanes del norte continúan persiguiendo a los cristianos del sur.
El sábado, Sudán dejará de ser la realidad que era hasta ahora para convertirse en dos naciones separadas. El norte, islámico; el sur, cristiano o animista.
Desde que en enero se votara en referéndum la posible escisión, los grupos del norte han provocado continuos enfrentamientos en un intento de mejorar las fronteras del norte y de arrebatar, en la medida de lo posible las riquezas petroleras del sur del país. Los enfrentamientos de los últimos meses, que son en realidad una auténtica persecución religiosa contras los cristianos y animistas, han provocado más de 110.000 desplazados en las regiones fronterizas de Abyei y Kordofan.
Pero Sudán del Sur, además de la lucha armada, debe enfrentarse a otra realidad más preocupante y que desde hace años ha sido provocada por la actitud del norte del país, de mayoría musulmana en su intento por hacer desaparecer a los cristianos del sur del país: el hambre.
La organización Acción contra el Hambre ha publicado este jueves un informe en el que habla de las condiciones sanitarias extremadamente precarias en las que viven miles de personas en Sudán del Sur, además de una desnutrición alarmante. Según esta organización, más de 9.000 niños padecen desnutrición aguda severa.
Aunque el hambre es acuciante es en cambio de lo que más se habla. Sin embargo, la persecución contra los cristianos es silenciada. Ojalá que con la declaración de independencia, se logre estabilizar la situación y termine la persecución.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com