El problema sigue siendo el mismo: el PSOE no esperaba ganar las elecciones del 14-M y ni soñaba con tener que aplicar su programa electoral. De ahí, que otras de las promesas de las que ahora ya se han arrepentido es la rebaja en el Impuesto de Sociedades, o impuesto sobre el beneficio, actualmente cifrado en el 35%.

 

La verdad es que ver a la izquierda vendiendo rebajas en el impuesto sobre excedente empresarial no deja de ser curioso. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es que el vicepresidente económico Pedro Solbes necesita ingresar a cualquier precio, entre otras cosas para que sus compañeros de ministerios gastadores puedan, asimismo, cumplir sus promesas electorales. Y, naturalmente, el PP se lo pone difícil: Rajoy quiere que se reduzca el Impuesto de Sociedades para las pymes hasta el 20% (eso sí, el 20% de los primeros 30.000 euros de beneficio anual).

 

Solbes ha respondido anunciando que piensa mantener el 35% para todo tipo de empresas. Lo que no deja de ser una gran injusticia porque son precisamente las grandes compañías, convenientemente asesoras por sus fiscalistas, las que no pagan ese 35%, nunca jamás.