Pasaporte con tres meses de anticipación. O el ministro de Economía, Pedro Solbes, tiene muy mal gusto -cosa poco probable- o el problema radica en una falta de entendimiento de fondo. De otra forma, no se entiende que Solbes afirme que Blas Calzada no seguirá al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cuando termine su mandato en octubre. O sea, jubilación anticipada y CNMV paralizada hasta que llegue el repuesto. No es muy inteligente.

 

Tras el anuncio, don Blas se dedica a los solitarios y a su gran afición: el teatro. La operación del Santander Central Hispano (SCH) sobre el Abbey ha pasado de puntillas por los servicios de la Comisión. Cerrado hasta octubre por falta de ejecución del presidente. No es muy inteligente. Ni por Solbes ni por Calzada.

 

¿Quién suena en las quinielas? Manuel Compte es la apuesta fundamental de esta particular bonoloto que son los nombramientos de cargos públicos. Fue Director General del Tesoro y su nombre hace sonreír maliciosamente al ministro. De momento, al menos, está entre sus favoritos junto a Juan Manuel Eguiagaray, el que fuera ministro de Industria en la era felipista.

 

Pero vayamos al conflicto con Calzada. Don Blas ha sido fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Cuando hace mes y medio su continuidad estaba en duda decidió abrir expediente a cinco sociedades de valores publicando su expediente en el BOE, algo posible jurídicamente, pero nunca practicado. Ahora deberá responder a la demanda de las agencias por la realización de tal práctica. Calzada trataba de congraciarse con el nuevo Gobierno para buscar su continuidad o el nombramiento de su número dos: Soledad Plaza, una mujer que habría tenido muchas posibilidades por haber sido directora de la Asesoría Jurídica de la Secretaría de Estado de Hacienda en la época de Josep Borrell. Pero se dedicó a bailar entre dos aguas y se quedó sin merienda. Roma no paga traidores.

 

Nada nuevo bajo el sol. Ahora Solbes considera que se necesita otro "perfil". O sea, "uno de los nuestros". Eso sí, la Ley de Supervisión Financiera colocará una "mosca cojonera" del Banco de España (BE) en la CNMV para supervisar conjuntamente a los conglomerados financieros. Solbes es rotundo al negar la fusión de los organismos reguladores, pero compensa la pérdida de margen regulador del BE con poderes de supervisión en la CNMV.