En la mañana de este miércoles, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, presentaba los datos de contabilidad general del primer trimestre. Nuestra economía creció un 3,5% en el primer trimestre, una cifra que permitió hablar a Vegara de crecimiento robusto. Lo más significativo, la mejora de las exportaciones en un 9% debido a la recuperación de las economías europeas y a la diversificación de mercados. Además, el Gobierno considera que la mejora de los precios apunta a una mejora de la competitividad y Vegara considera que la mejora de las ventas al exterior puede ser sostenible y afianzar un cambio en el modelo económico.
Sin embargo, sobre la cara hay una cruz. Las exportaciones han crecido menos que las importaciones que lo hicieron en un 12,4%, engordando en endémico déficit exterior. Y el Gobierno parece fiarlo todo al Plan de Reformas. Por otra parte, a pregunta de Hispanidad, Vegara descarta que el superávit presupuestario pudiera dirigirse a proyectos sociales ambiciosos como la vivienda. Eso sí, matiza que no existe tal proyecto más allá de las negociaciones presupuestarias sobre programas sociales que son la prioridad de este gobierno.
Es decir, que básicamente seguiremos como estamos. El superávit es interpretado como la mejor aportación al crecimiento a largo plazo y no será destinado a un pan ambicioso de vivienda social como propone la ministra Trujillo y exigen las asociaciones de izquierdas en las calles. Dicho de otra forma: no habrá cambio de modelo ni de política económica. Lo más curioso es que el zapaterismo ha demostrado aún más obsesión que el aznarismo por el superávit fiscal.