A Juan Miguel Villar Mir, el presidente y propietario de OHL, es un tipo al que más vale tener como amigo, pero que cuenta con demasiados años y demasiado dinero como para hacerse el interesante.
Ambos han coincidido en algo, una receta económica que tiene toda la fuerza de la evidencia, es decir, lo que nunca ven los pedantes: la crisis inmobiliaria española, la que ha puesto el desempleo donde está, en las nubes del desastre absoluto. Por tanto, dice Villar Mir, el problema es que hay un millón de pisos que no se venden y hasta que no se vendan nadie va a construir ningún otro y nadie va a contratar trabajadores para construirlos. Por tanto, tras darle muchas vueltas al problema, los dos han concluido lo mismo: quien quiera vender un piso que lo venda ya, aunque sea un 30% más barato. Villar Mir ofrece ese consejo a quien quiera cogerlo, dado que el peso de la vivienda residencial en el balance de OHL se ha reducido al 2%, pero Adolf Todó, lo ha puesto en práctica: Caixa Catalunya tiene pisos como para parar un tren y ha decidido venderlos con un descuento del 30%.
¿Quieres vender viviendas? Baja el precio. Para llegar a esa conclusión -se lo aseguro- no hace falta ningún master por Harvard, sino una pizca de sentido común. Estoy convencido de que OHL tiene un gran futuro por delante y de que Todó conseguirá su difícil tarea de reflotar Caixa Catalunya, una entidad que se encontró al borde del desastre.
