El Premio Príncipe de Asturias vuelve a la superada idea de la bomba demográfica
En los años setenta del siglo XX surgió la bomba demográfica: no había alimentos suficientes en el planeta para saciar el imparable crecimiento de la población. Por tanto, se hacia imprescindible fomentar la anticoncepción y limitar el número de seres humanos, especialmente en el Tercer Mundo, que para eso son pobres. La premisa primera era falsa, como se pudo ver en cuanto Estados Unidos y la Unión Europea decidieron autolimitar su excesiva producción de alimentos porque el problema era el contrario: sobraban alimentos y se desplomaban los precios.
Ahora los apóstoles del desastre han encontrado un nuevo motivo de flagelación: no faltan alimentos, pero la gente consume mucha energía, y la energía provoca cambio climático, y el cambio climático el Apocalipsis. Por tanto, para evitar el Apocalipsis, no debemos consumir energía, y la única forma de no consumir energía es producir menos seres humanos.
Lo ha dicho Santiago Grisolía, Premio Príncipe de Asturias. No hay que preocuparse, también la bomba demográfica fue aplaudida por muchos expertos y eruditos e incluso Premios Nobel, la moda pasó en 15 años.