Los stress test han servido para tranquilizar a los mercados. Aquellos rumores que apuntan a la necesidad de que el Estado tendría que poner cerca de 100.000 millones de euros en el sistema financiero español han quedado totalmente disipados. Sin embargo, el diferencial de la deuda española respecto al bono alemán es muy superior a lo que debería marcar siguiendo los criterios de ranking, apenas dos escalones que se deberían traducir en cerca de 50 puntos básicos ¿Razón? El Mercado no se termina de creer los planes de consolidación fiscal, señalan desde el Santander. Y es que su consejero delegado, Alfredo Sáenz, considera relativamente fácil alcanzar el 9,3% de déficit comprometido para este 2010. Más difíciles son los hitos siguientes. Sobre todo el 3% comprometido para el 2013. Y eso a pesar de la vigilancia trimestre a trimestre del cumplimiento del plan de consolidación. No hay que relajarse; y cuando las cosas empiezan a ir bien, la tendencia es a relajarse, advierte.
Saénz se muestra satisfecho por la reforma financiera, una reestructuración eficiente. Sin embargo, muestra más dudas en el resto de las reformas. Sobre la laboral, no sabemos cómo va a salir, esperamos que mejore el decreto actual. En cuanto a las pensiones, habrá que esperar a septiembre.
Así que Sáenz, como siempre, compatibiliza la exigencia con la condescendencia. Por una parte, anima a no relajarse. Pero por otra parte señala que una cosa es la realidad y otra la ciencia. O dicho de otra manera: Los compromisos y los consensos te marcan los ritmos; hay que buscar algo que sea política y socialmente aceptable, porque sino, el cuero social no te lo aguanta. Todo esto se explica porque el Santander tiene en sus tripas un total de 50.000 millones de euros en deuda pública estatal, autonómica, local y préstamos a empresas públicas. De esos 50.000 millones, cerca de 20.000 son deuda pública española. Y por supuesto, no se va a pegar un tiro en el pie. Además, sólo el 22% es negocio nacional.
Eso sí, sus perspectivas son más bien pesimistas. Augura una cierta cuesta abajo para el segundo semestre del año. Es decir una situación macro que califica de débil. Tan débil que el techo de mora que Sáenz había fijado para este verano es corregido para los primeros meses del año que viene. Y aunque antes se afirmaba que nunca tocaría el 4% ahora se afirma que tocaremos el 4%, situado actualmente en el 3,71%. Eso en España, aunque a nivel de grupo, la tasa de morosidad caerá.