Le preguntaron a Ricardo Fornesa, presidente de La Caixa, si la primera caja de ahorros de España había participado en la batalla entre Sacyr y BBVA. La pregunta era lógica porque dos semanas atrás, en el fragor de la batalla entre la constructora Sacyr y el BBVA, se expandió por la City madrileña el rumor de que La Caixa quería comprar la inmobiliaria Testa, la joya de la corona del grupo Sacyr. Con el valor de Testa, se podría comprar, no ya un 5%, sino incluso un 12% del BBVA, sin necesidad de recurrir a ningún tipo de endeudamiento.
Pues bien, la respuesta de La Caixa y de Sacyr fue inequívoca: ni La Caixa apostaba por Testa ni la constructora vendía su mejor activo. Y ambas cosas son ciertas, pero, por lo menos la primera, no lo ha sido tiempo atrás. No una, sino varias veces, la caja de ahorros catalana, a través de un brazo armado en el sector, Inmobiliaria Colonial, ha analizado Testa con ansias de incorporarla a su cartera.
Pero no ahora, cuando se podría interpretar el interés como un deseo de La Caixa de financiar la operación Sacyr.