El Gobierno del Estado utiliza como pretexto para su ofensiva laicista la supuesta intransigencia de un sector de la Iglesia española vinculado, entre otros, con monseñor Rouco Varela.
Sin embargo, en unas recientes declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal demuestran que aquí el único sectario es un sector del PSOE alentado de vez en cuando por el propio Rodríguez Zapatero.
El cardenal de Madrid utiliza términos coincidentes con la doctrina de la laicidad (laicismo positivo) puesta en práctica por el Papa y por Sarkozy en la aún reciente visita a Francia de Benedicto XVI.
Por supuesto que los creyentes no renuncian a defender el derecho a la vida y el espacio que corresponde a la Iglesia en la sociedad española.
Además, como muchas personas sensatas, el cardenal considera innecesaria la ley de Memoria Histórica y rechaza la reforma de la ley de Libertad Religiosa. Todo ello, no obstante, se plantea en un tono de diálogo y moderación que sirve para poner en evidencia en el fondo y en la forma el extremismo de los laicistas radicales.
Tal vez el bautizo laico, oficiado por un conocido concejal, sea una muestra más.
Jesús Martínez Madrid
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