El Consejo de Administración de Sacyr-Vallehermoso ha ampliado por tiempo indefinido el mandato a su presidente, Luis del Rivero, para acceder al capital y a los órganos de Gobierno del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA). En otras palabras, el Consejo de Sacyr no renuncia a la operación, es más, está más entusiasmado que nunca con hacerse con el BBVA, especialmente tras el cuasi explícito apoyo recibido por el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes. La constructora ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una nota en la que certifica este alargamiento indefinido del plazo concedido a su presidente, y en la que no modifica sus intenciones: hacerse con un 3,6% del capital. Y el acuerdo ha sido tomado por unanimidad.
Si no lo amplia al 5% es porque el Consejo de la constructora considera que aunque alcanzar ese porcentaje supondría quitarle al Banco de España cualquier posibilidad de calificar la participación como no significativa, tampoco valdría de nada: con la ley de sociedades anónimas en la mano, se necesitaría un 6,6% para obtener un solo consejero. Estamos, por tanto, ante una guerra de desgaste, cuyo precedente es la entrada de Cartera Central (Alberto Cortina y Alberto Alcocer) en el accionariado del Banco Central, que entonces presidía Alfonso Escámez. Una guerra de desgaste entre propietarios y gestores, entre accionariado y tecnoestructura.