• El impacto sobre el beneficio es del 24%.
  • La plusvalía de GNL ya figura en 2012.
  • Y sí, Repsol también tiene un problema financiero.
  • Se registra un fuerte incremento de los gastos de explotación.
  • La información facilitada por la petrolera resulta muy pobre.

El presente ejercicio para Repsol ha venido marcado por el 'affaire' YPF, es decir, el latrocinio. Esto se ve claramente en sus resultados, que si bien es verdad, con lo que estamos viendo, no es especialmente escandaloso: 2.060 millones de euros, positivos. Es decir, un 6,1% menos que en 2011, pero estas simples cifras, aparentemente buenas para la que esta cayendo, tienen algunos matices que le acercan a la economía real.

Veamos. Vale que la jugada de YPF hace daño, aunque, en el momento inicial, los comunicados oficiales relativizaron el impacto de esta expropiación, lo cierto es que, en el balance 2012 de Repsol, se refleja un coste de 5.392 millones de euros. Pero hay signos aún muy claros del desastre:

1. Como para todos, en Repsol ha sonado la hora de hacer caja para paliar las necesidades de tesorería que las entidades de crédito no están cubriendo y, además, pagar intereses de deudas propias emitidas. Aquí la compañía presidida por Antonio Brufau (en la imagen) está llevando una política de desinversiones centrada principalmente en gas licuado. Buena prueba es la venta -exitosa- comunicada días atrás de activos de GNL a Shell por 6.653 millones de dólares, con una plusvalía de 3.500 millones, que se unen a los 637 millones de euros, ya incluidos en las cuentas del 2012.

2. Los resultados financieros continúan afectando a la cuenta de resultados, que se han reducido en -857 millones de euros (-862 en 2011) sin tener en cuenta el impacto de YPF, que significa un 24% sobre el resultado antes de impuestos.

Por dar algo más de información, de la escasa que facilita este jueves Repsol, que se ha limitado a su nota de prensa y cuatro cuadros poco ilustrativos, resaltar su incremento en los ingresos de explotación en un 13%, el anuncio de un dividendo complementario de 0,50 euros en acciones de nueva emisión, y dos anuncios de futuro: la puesta en marcha de cuatro de los diez proyectos claves de su plan 2012-2016 y la puesta en producción de un megacampo en Brasil considerado como uno de los mayores yacimientos del país.

Semillas de "brotes verdes" para una situación incierta.

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com