- La petrolera confirma el próximo abono de un 'pago' extraordinario a los accionistas de un euro por acción.
- Será una inyección de liquidez para sus principales accionistas: CaixaBank, Sacyr (reducirá deuda), Pémex y Temasek Holdings
- Tras el 'calvario' en Argentina, pone el foco en el área de la OCDE y sobre todo en Estados Unidos, Canadá y Noruega.
- Brufau ha recordado la tranquila posición financiera del grupo, con "un nivel de deuda confortable" y una buena posición para crecer.
Repsol ha comunicado hoy lunes a la CNMV lo que ya se había avanzado: que propondrá en su próximo consejo de administración el pago de un dividendo extraordinario de un euro por acción. En otras palabras: abonará a los accionistas 1.324 millones de euros. Es el 'premio' a los accionistas de la compañía que preside Antonio Brufau (en la imagen) tras su desinversión, la semana pasada, en Argentina, tanto de los bonos por la compensación por YPF, como de su participación en YPF, que sumaron en total 4.640 millones de euros.
La salida de YPF, como explicó Hispanidad el viernes, convierte a Repsol en la compañía petrolera con menos deuda del sector, pues sólo alcanza unos 400 millones de euros, según los analistas. Está claro, que lo que ha ingresado el grupo con estas operaciones refuerza su solidez financiera, aspecto que ya han reconocido, con mejoras de rating, las principales agencias de calificación (Fitch y Moody's).
Ahora bien, está claro que el dividendo, siendo es una buena noticia para los inversores, reduce la liquidez para afrontar nuevas inversiones para crecer, aunque no es para tanto, como veremos, y Repsol necesita crecer.
El dividendo extraordinario vendrá muy bien a CaixaBank, Sacyr, Pémex y Temasek Holdings, que poseen, respectivamente, el 12,2%, 9,38%, 9,34% y 6,37% del capital: recibirán, como el pequeño accionista, un euro por acción. Sacuy, en concreto, destinará la 'extra' de 122 millones de euros a pagar deuda.
Sólo con la salida de Argentina, Repsol ha ingresado 4.640 millones y lo que reparte es 1.324 millones. En definitiva, tiene liquidez y abundante. Pero hay más. El grupo dispone de 10.000 millones de euros para invertir, para comprar activos o empresas en territorio de la OCDE. En la última junta de accionistas, Brufau se hizo eco de la posición financiera de la compañía que, sin contar con Gas Natural Fenosa, es de tranquilidad, pues "el nivel de deuda es confortable" (se situó en 5.358 millones de euros) y una buena posición de liquidez que le da "capacidad de crecimiento."
En suma, Repsol es un caso extraño en los tiempos que corren: mucha liquidez y poca deuda, y eso tiene riesgos por que la convierte en una empresa muy atractiva para otras, salvo que ella tome la iniciativa y se adelante.
En el nuevo plan estratégico que elabora Repsol ya aparece el objetivo de comprar empresas y en, a ser posible, en el área OCDE. No es de extrañar, después del 'calvario' sufrido en Argentina. Será en países que ofrezcan seguridad jurídica, la que no han dado los Gobiernos Kirchner. Los principales objetivos están en Estados Unidos, Canadá y Noruega.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com