Este miércoles Hispanidad contó la pugna entre Sacyr Vallehermoso (SyV) y Repsol YPF a la hora de establecer el dividendo. Luis de Rivero pretende que se mantenga el mismo dividendo e ir haciendo frente así a la deuda de la constructora. En el otro lado, Brufau, PEMEX y La Caixa defienden la necesidad de reducirlo un 20% hasta 85 céntimos por acción.
Este jueves la petrolera hacía públicos los resultados del tercer trimestre, marcados por una reducción del beneficio neto de un 55,4% debido al descenso de los precios internacionales del crudo (-49%) y del gas (-60%) y de los márgenes del refino en España (-74,3%). Con este panorama, una empresa que pretenda mantener su dividendo puede vender activos o reducir su inversión. En el caso de Repsol YPF, reducir la inversión en exploraciones supondría ir mermando sus reservas sin reponer, con los consiguientes perjuicios a largo plazo. Por el momento Repsol YPF ya ha anunciado que no contempla la venta de ninguno de sus activos. La petrolera confirma sus planes de sacar a bolsa parte de YPF, afirmación realizada a beneficio de inventario dado que la bolsa argentina no da para mucho. La opción lógica para YPF es la que ya hemos explicado: venderle el total y la participación de Repsol (actualmente el 85%) a Petrochina (CNPC). Ahora mismo, el grupo argentino Petersen de la familia Eskenazi posee el 15% de las acciones de YPF ampliable al 25%. Lo que ocurre es que Brufau no está dispuesto a concederles a los Eskenazi las espléndidas condiciones financieras con las que obtuvieron el primer 15%.
La siguiente tabla muestra cómo para Repsol (primera línea) el descenso del dividendo desde 1,06 a 0,85 euros por acción supone un aumento del pay out del 47,29% al 64,12%, dada la reducción del beneficio.