Sr. Director:
La taifa valenciana ha sido la primera en alcanzar el objetivo de aplicar el 0,7% de los recursos en ayuda al desarrollo.
La noticia es, sin lugar a dudas, un marcado éxito de los políticos Pero veamos cómo alcanza este objetivo:
Para conseguirlo, no duda lo más mínimo en contabilizar como acción propia toda acción realizada por voluntarios que efectúan gratuitamente su labor, al margen del sistema, pero que cometen el error imperdonable de acudir a las ayudas públicas para la consecución de sus objetivos.
Me explico: Las que son conocidas como ONG, constituidas en un noventa y pico por ciento por instituciones de la Iglesia, que por su propia constitución no son ONG, sino instituciones de Caridad de la Iglesia, acometen también, con personal voluntario, que realiza sus labores de forma gratuita al servicio de los pobres y en nombre de la Iglesia, nunca del sistema, atención personalizada a indigentes, a enfermos, a inmigrantes, a parados, a jóvenes desarraigados, y esa labor es asumida por la administración de la taifa como inversión propia.
En la memoria de Cáritas de Castellón correspondiente al ejercicio 2007, de reciente publicación, se hace relación de las actuaciones llevadas a efecto, sin ruido, realmente, y sí, efectivamente en esa actuación existe colaboración económica de las instituciones públicas; colaboración que, de forma parcial, sirve para ayudar parcialmente a cubrir el sueldo de los trabajadores, máxime cuando en las ayudas se impone la contratación de los mismos, con el claro objetivo de desentenderse del asunto. Pero observemos el resultado de los programas en su conjunto:
El total de gastos en euros ha sido de cerca de 1,8 millones de euros, de los que las administraciones públicas han cubierto el 66,6%, cuestión que, parece les da derecho a presentar la actuación como propia, pero según el citado informe, el total de trabajadores encargados de los proyectos es de 124. Si estimamos un sueldo medio de 18.000 €/año, nos da un resultado de 1.872.000,- €, de donde se deduce que las administraciones públicas se adjudican la labor realizada por Cáritas, que asciende en euros a un total de 1,8 millones de euros anuales, por el hecho de haber aportado esa cantidad. Pero tengamos todo en cuenta:
Al gasto total en euros de esta organización benéfica hay que añadir el trabajo de los voluntarios, que suma un total de 583 personas, algunas dedicadas en cuerpo y alma; otras con dedicación parcial Si estimamos una media de cuatrocientos voluntarios a jornada completa, y cuantificamos su trabajo al mismo precio que el de los contratados, nos encontramos con que, al gasto realizado debemos añadir la cifra de siete millones doscientos mil euros, con lo que el valor económico real aportado por Cáritas Castellón a los pobres ha sido, en 2007, de más de nueve millones de euros.
De ellos, las administraciones públicas han cubierto, como queda dicho, y según el informe editado por la propia Cáritas de Segorbe-Castellón, 1,1 MM de euros, el 12,22% del total aportado por Cáritas Castellón para combatir la pobreza.
Si extrapolamos y damos por sobreentendido que en el resto de organizaciones sucede algo similar, nos encontramos con que la afirmación de los políticos relativa a que el gobierno de la Generalidad Valenciana ha cubierto el objetivo del 0,7% es, nuevamente falsa, ya que tan sólo llega al 0,08%. Cuestión de regla de tres.
Cesáreo Jarabo
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