Sí, ustedes se preguntarán conmigo qué puñetas hace un crío de 14 años fornicando como un energúmeno, pero ésa no es una pregunta progresista, sólo lógica. A fin de cuentas, quien, con preservativo o sin él, ya se ha ayuntado unas decenas de veces a los 15 años, ¿qué le queda por hacer a los 17? Chutarse, delinquir, asesinar, ingresar en manicomios que no existen.
Puestos al refocile, uno diría que el titular es éste: afortunadamente, dos de cada tres adolescentes no utilizan gomas a las horas de ayuntarse. Porque el 66,6% (el llamado demonio con decimales) al menos corre el riesgo de tener que asumir la responsabilidad de lo que está haciendo.
Más grave me parece lo de las niñas: el 25% de las hormonadas adolescentes de ese mismo lapso han utilizado la píldora postcoital abortiva es decir homicida- al menos una vez en la vida. Madrid debe subir las estadísticas, pues la especialidad del político más popular de la derecha, señor Ruiz Gallardón, consiste en regalársela a quien la desee a espaldas de papá.
Venga, ahora pongámonos todos muy serios y preguntémonos: ¿Por qué hay tanto dolor y amargura en el mundo? Tendría su sarcasmo que la respuesta fuera: por ayuntarse a edad temprana. En España, a partir de los 13 años, justo cuando dejas las muñecas.
Eulogio López
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