Red Eléctrica Española (REE) cotiza en bolsa, pero está participada por la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) en un 28,5 por ciento. Este es el origen del conflicto. Por una parte, las eléctricas -que participan en REE con casi un 20% del capital- ponen palos en las ruedas de los proyectos de inversión y exigen el reparto de dividendos. No les gusta que REE les haga la competencia y menos con el marchamo del Estado.
Sin embargo, la docilidad del sector eléctrico resulta espectacular. Si 'Santa Nómina' hace milagros, la 'Santa Regulación' obra proezas. Baste como muestra un botón. Tras el 14-M, el Consejo firmó una declaración de apoyo incondicional a su presidente, Pedro Mielgo. Sin embargo, Montilla se lo debió de pensar mejor y creyó que un recambio por el ex ministro de Agricultura de la era felipista, LuisAtienza, sería mejor. Dicho y hecho. La SEPI propone el recambio y vuelve a gozar del apoyo unánime del consejo. ¿Fidelidad?
Pues bien, el asunto ahora es el siguiente: el Gobierno tiene en marcha un proyecto de reconvertir el sector eléctrico en general y REE en particular. Se trataría de desvincular radicalmente las actividades de producción y distribución creando además una gestora de las infraestructuras eléctrica y gasística, cuyo control fuese estatal, aunque su propiedad fuese privada.
Hasta clarificar el proyecto y para evitar que se malinterprete por el mercado, el Estado ha decidido posponer el proyecto de privatización, por lo que de momento seguirá manteniendo el 28,5 por ciento de la propiedad. Es decir, no hay marcha atrás al proyecto de nacionalización de la nueva REE (resultante de la fusión de REE-Enagás), pero tampoco hay un desmentido público. Lo que sí hay es un "wait and see" delicado en el que esperan poder aplicar pedagogía para que las cotizaciones no se derrumben.