Nadie sabe si Rodrigo Rato piensa seguir en el Gobierno de Mariano Rajoy, pero sí insiste, en sus últimas semanas como responsable económico de la VII Legislatura, en promocionar algo en lo que siempre ha creído: el Eje Atlántico como alternativa frente a Europa. Por Eje Atlántico entiende Rato la unión de Estados Unidos, Reino Unido, España y Portugal. Sí, los cuatro de las Azores, pero con un objetivo económico, no militar. Para Rato, Portugal es la llave de Brasil, el gran mercado iberoamericano emergente. Don Rodrigo es de los que creen en que la política refuerza la economía, y está convencido de que España cada vez cuenta menos en Europa, inclinada hacia el Este con la ampliación y controlada por Alemania y Francia, y que el Eje Atlántico, el mundo de los tres idiomas (inglés, español y portugués) es el futuro.
Un detalle: el Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel), firmado por Aznar y Durao Barroso en Lisboa, no le pareció suficiente a Rato, quien se empeñó en estar presente en el encuentro empresarial hispano-luso.