-Así mismo dificultará los despidos de mayores de cincuenta años
-Otrosí, obligará a las empresas que realicen despidos colectivos a colaborar en la colocación de los excedentes.
La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, ha anunciado este viernes que el Ejecutivo está dispuesto a diseñar medidas destinadas a equiparar la edad real de jubilación (63,6 años) con la legal (65 años). El informe forma parte de los datos que el Ejecutivo enviará al Pacto de Toledo para su análisis dentro del documento sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Así mismo, el Gobierno ha aprobado este viernes un Real Decreto sobre las aportaciones económicas a realizar por las empresas con beneficios que realicen despidos colectivos que afecten a trabajadores de cincuenta o más años. Se pretende también luchar contra las prejubilaciones para que las arcas públicas asuman el menor coste posible por las mismas. Según ha señalado la ministra Fátima Báñez, en los años de bonanza, las grandes empresas con beneficios abusaron e hicieron ajustes mediante el abuso de las prejubilaciones y el despido de personas mayores de 50 años de forma preventivas.
La función fundamental de la nueva normativa es moderar, ha señalado Báñez, "el impacto de la expulsión del mercado de trabajo, de manera prematura e injusta a personas con gran experiencia laboral". La protección de estos trabajadores está en línea con las recomendaciones de la Unión Europea. Sin embargo, tal vez, la razón más importante, sea evitar el impacto que las prejubilaciones producen en las cuentas públicas, así como proteger el sistema de pensiones.
La norma, para desincentivar el despido de mayores de cincuenta años, se aplicará a las empresas de más de cien trabajadores que hayan tenido beneficios durante los dos últimos ejercicios. Tendrán que indemnizar al Estado por los gastos que ocasionan a la Seguridad Social en concepto de prestaciones por desempleo. También se obliga a las empresas que realicen despidos colectivos a colaborar en la colocación de los trabajadores que quedan en el paro.
Sara Olivo
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