En su primera rueda de prensa como portavoz el pasado viernes 15, José Blanco intentó mantener el estilo de su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba. Algo más contenido de lo habitual en sus respuestas, Blanco manifestó su respeto a las decisiones judiciales y rechazó hablar sobre partidos políticos desde la mesa del Gobierno.
Poco ha durado la moderación. Al fin y al cabo, Blanco fue nombrado portavoz por su afición a atizar al PP cuando toca y cuando no. Respeto a las decisiones judiciales, sí, en el Caso Faisán. Pero la dimisión de Camps era una golosina que no podía desaprovechar después de que Mariano Rajoy elogiara la actitud del expresidente valenciano. Blanco ha exigido a Rajoy que dé explicaciones sobre la inclusión de Camps en las listas electorales y su reciente dimisión, al tiempo que ha acusado al líder popular de llevar a cabo una "estrategia a la desesperada". El portavoz del Gobierno cree que alguna razón tendrían quienes exigieron a Camps que se declarara culpable. Es decir, que quien no respetó la presunción de inocencia, según el ministro, fue el PP.
Rodrigo Martín
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