Se ha confirmado que para un buen desarrollo del niño desde la niñez a persona adulta, es necesaria en la existencia de la pareja los roles de padre (hombre) y madre (mujer) con los que se vaya identificando el hijo, en las diferentes etapas de su vida. Sin la presencia de estas dos personas, distintas y complementarias al mismo tiempo, el niño va a sufrir trastornos psicológicos aún desconocidos, que conforme vayan desarrollándose darán lugar a problemas de difícil solución.
El niño, al tener unos padres diferentes al resto de sus compañeros de colegio y amigos, se va a sentir socialmente desplazado. De esta forma, va a provocarse su propio aislamiento, que repercutirá en su rendimiento escolar, carácter, afrontamiento de las dificultades cotidianas... En fin, en todo su desarrollo psicológico como persona.
Podemos comentar también la inestabilidad existente en las parejas homosexuales, con un porcentaje bastante mayor que el de las parejas heterosexuales. Este punto ejercerá una influencia negativa sobre el niño. El catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Navarra, Luis Arechederra pone el siguiente ejemplo para explicarlo : supongamos que contraen matrimonio un par de lesbianas y que una de ellas se insemina artificialmente y da a luz dentro del matrimonio. Si el matrimonio homosexual fuese realmente un matrimonio debería entrar en juego la presunción de paternidad, y el nacido sería hijo de las dos. Pero el proyecto de ley no prevé la modificación del art. 108 del Código Civil, según el cual la filiación es matrimonial cuando el padre y la madre están casados entre sí. Por lo tanto, a pesar del matrimonio nos encontramos en una situación idéntica a la de una pareja de hecho de lesbianas que, una por inseminación artificial y la otra por posterior adopción, ostentan de forma conjunta la patria potestad sobre el hijo.
En fin, lo principal es la defensa del niño, en primer lugar, y de la familia. Ambos, siento que son menospreciados por este Gobierno.
Elena Abolafia Anguita
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