Al inicio de la campaña contra el TC (Tribunal Constitucional) en Cataluña, me propuse no intervenir en debates ni por escrito, pero la presión que están ejerciendo tanto la mayoría de los políticos catalanes como los medios de comunicación afines, que son casi todos, para conseguir a toda costa una sentencia favorable al Estatut me lo hacen imposible, puesto que tengo la sensación que es sólo comparable al pensamiento único que guía a los regímenes totalitarios.
Últimamente arrecian las presiones sobre el Tribunal Constitucional (ningún tribunal puede anular una decisión del pueblo leía hace dos días en un medio catalán) por parte del tripartito que han conseguido poner al catalán José Montilla al frente de la manifestación pidiendo el apoyo a 200 entidades catalanas. No entro en el contenido del Estatut, ya lo voté en su día, ni en cuál debe ser la sentencia, pero tengo la sensación de estar viviendo en un lugar en el que pobre de aquel que decida oponerse o pasar por alto que la posible sentencia no sea favorable.
El editorialazo ya fue fuerte y nada democrático además de demostrar la dependencia de los medios, pero la petición de Montilla lo supera, quiere decir que toda la sociedad está bajo el pensamiento único ejercido por los que ostentan el poder. En estas circunstancias no puedo cumplir mi propósito.
José Morales Martín