Votan en contra el resto de partidos del hemiciclo, excepto Coalición Canaria que se abstuvo y CiU, que no votó.
Tal y como ya había anunciado, el socialista Antonio Gutiérrez ha sido la única voz discordante de su partido y se ha mostrado contrario a la reforma de la Constitución que se ha votado en el Parlamento para aprobar su reforma. Pero no ha sido la única voz contraria en el hemiciclo.
De manera inusual, Convergència i Unió no ha participado en la votación pese a estar presente como medida de protesta ante lo que consideran "una ruptura del proceso constituyente". El resto de partidos han votado según lo previsto y tanto PP como PSOE han votado en bloque a favor de la reforma de la Constitución (exceptuando el caso ya dicho del diputado Antonio Gutiérrez), además de contar con el sí del diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), mientras que PNV, ERC-IU-ICV, BNG, UPyD y Nafarroa Bai han votado contra la reforma de la Carta Magna.
Con este resultado la votación supera el primer trámite parlamentario y llega ahora al Senado, donde la votación puede ser algo más ajustada. Eso se deberá a que algunos senadores socialistas como Imanol Zubero y Roberto Lertxundi, representante del socialismo vasco, ya han anunciado que votarán en contra de la reforma por su disconformidad con el fondo de la reforma y con las "prisas" en acometerla. Esto será la próxima semana, por lo que hasta entonces las movilizaciones seguirán tomando cuerpo a la espera de la convocatoria a la manifestación del 6 de septiembre por parte de los sindicatos.
Lo curioso es que si uno lee las intervenciones de los políticos, especialmente los nacionalistas (y por lo tanto la respuesta de los partidos mayoritarios), parece que lo que se está discutiendo no es una medida contra el déficit o contra la deuda, sino un recorte al Estado de las autonomías y una ocasión para que el Gobierno central quite competencias o dinero a las comunidades autónomas. Y es que cada vez más, y más que nunca, parece que toda medida que se pretende aplicar para el bien de España, es mala para determinadas comunidades autónomas que tienen representación en el Congreso.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com