La energía renovable no puede sustituir a la nuclear por cuestiones técnicas.
El desayuno organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) ha contado con la presencia del secretario de Economía y Empleo del PP, Álvaro Nadal, que ha aprovechado para explicar aspectos relacionados con la situación de España a nivel económico. Pese a que no ha querido dar nombres sobre posibles futuros ministros en un Gobierno dirigido por el PP en caso de victoria electoral en las generales del 2012, ha tratado otros temas como la falta de acuerdo en el pacto energético con el Gobierno de Zapatero.
Para Nadal, el problema de fondo es la falta de conocimiento por parte de la gente del funcionamiento energético de nuestro país, lo que lleva a mucho discurso ideológico, alejado de las posibilidades reales y técnicas. Y es que, según el secretario de Economía y Empleo, "se ha dicho que se puede sustituir por razones técnicas las nucleares", por energías renovables. Pero eso no es posible. Para Álvaro Nadal el problema de continuidad lo impide. Esto hace referencia al hecho de que la energía nuclear es continua -en el momento que se produce es complicado detenerla-, mientras que la renovable depende de las condiciones climatológicas -que dé el sol y que haya viento-. De esta manera, el miembro popular criticaba que no se hubiera hecho nada para que la gente sepa cuál es la mejor opción para el país, sin tener en cuenta aspectos ideológicos. Por ello, Nadal reconoce el papel básico de la energía nuclear, aunque España no debería depender totalmente de ella. En caso contrario, España continuaría como ahora, siendo el cuarto país europeo con energía más cara para el consumidor industrial y el sexto para el consumo doméstico.
Sin embargo, no sólo es una cuestión de continuidad, sino del coste que supone concentrar la energía en un cable, aunque haya sol. Porque por desgracia, la energía no se puede almacenar y sirve la energía que se demanda en el momento. Y ese es uno de los inconvenientes de la energía eólica, ya que todos saben que por la noche el viento es mayor que durante el día, pero por la noche no se demanda energía.
Además, la energía nuclear es mucho más barata para la tarifa de la luz. Pero no sólo supondría un descenso en el precio de la tarifa doméstica, sino que también lo sería para las industrias, lo que podría suponer una mejora en los precios de los demás productos, lo que generaría una mayor competitividad, generaría empleo y un descenso de los precios. Mientras esto no sea así, estaremos pendientes de futuras subidas de precios derivadas de cuestiones ideológicas y no técnicas.
Juan María Piñero
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