El análisis que se hace a propósito del populismo en alza que muestran las encuestas, se basa, casi exclusivamente, en la irritación que han provocado en la sociedad los casos de corrupción en estos tiempos de crisis.
Ciertamente, estos casos, que afectan a casi todos los partidos, en especial los mayoritarios, han contribuido poderosamente al hartazgo provocado por una clase política que se ha mostrado incapaz de ponerse de acuerdo, al margen de sus ideologías, para afrontar unidos las consecuencias de la crisis.
Ahora, ante la amenaza al sistema democrático que supone la irrupción del populista "Podemos" en la vida política, los partidos se han puesto a engendrar ideas y propuestas para acabar con la corrupción. Pero todavía no se ha abierto un debate a fondo sobre las causas reales que han abierto las puertas a un partido que se propone, como fin último, acabar con el sistema democrático y, por ende, con las libertades que garantizan el Estado de Derecho.
Pedro García