El editor Jesús Polanco se ha visto obligado a admitir la carísima publicidad del ministro de Trabajo de Aznar, Eduardo Zaplana. Todos los periódicos madrileños, incluido El País, publica, en pleno periodo electoral, una separata en la que el Ministerio, al parecer con dinero público, nos informa de lo mucho que ha hecho el Gobierno Aznar por los trabajadores autónomos, campaña que sigue a la que nos contaba lo mucho que ha hecho el Gobierno Aznar por los pensionistas.

La oposición socialista e Izquierda Unida han denunciado estas prácticas, y El País ha afeado la conducta, lamentable, en verdad, del Gobierno, que aprovecha el erario público en su campaña electoral. Por eso, llama la atención que Polanco no se niegue, de forma tajante y pública, a colaborar en esta estafa política y en este lamentable abuso de poder.

Y no tiene ninguna influencia el hecho de que el precio de tarifa de El País para un encarte-tríptico, que de eso estamos hablando, salga por los 0,14 euros, lo que considerando una tirada de 728.000 ejemplares obliga al señor Polanco a cobrar al Gobierno unos 102.000 euros (unos 17 millones de las antiguas pesetas). Y el hecho de que un encarte sea un verdadero chollo para los diarios, no representa nada. Lo único que quiere decir es que el pobre don Jesús, con tantas familias como alimentar, ha de retorcer su conciencia política para mantener a flote su empresa. Y todo por la malicia del Partido Popular.

Lo mismo le ocurre con la sección de prostitución: en los editoriales clama el diario de Polanco por la igualdad de derechos entre hombre y mujer, pero, ante la presión de la competencia (siempre la competencia) se ve obligado a cobrar sus anuncios a cuantos proxeneta existen en el mundo. Eso sí, don Jesús no hace excepción de personas: cobra igual la propaganda lupanera de hetero u homo: ¡Por ahí no pasa! Es un hombre de principios.

Nota: en ningún caso quiere decir Hispanidad.com que Eduardo Zaplana, ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, se disponga a pagar con dinero público anuncios de masajes en la prensa. Eso es un rumor sin ningún fundamento.