Esto de las navidades laicas empieza a ser muy divertido. Les cuento: la cosa empezó con lo de la placa a la Madre Maravillas en uno de los edificios del Congreso de los Diputados. Aquello se prohibió. Y, por cierto, provocó unas reacciones de mucho regocijo, como la de la muy laicista del clérigo Hilari, en el diario El País, respondida por el vicepresidente tercero del Congreso, Jorge Fernández Díaz, que el diario de Cebrián publicaría escondida en la sección de Cartas al Director, supongo que con cierta repugnancia.

Pero el asunto no podía acabar ahí, claro está. Limpiados los miasmas de la clerecía de la puerta y vuelven a entrar por la ventana: estamos infestados. Resulta que el Congreso de los Diputados, la cuna que alberga a la soberanía nacional, también ha sido alcanzado por el virus. Sus Señorías estás felicitando las pascuas con una imagen de la Sagrada Familia, extraída de la Biblioteca del Congreso, lo que demuestra, queridos amigos, que el mal está dentro. Naturalmente, la muy noble Federación Internacional (España y Andorra, según creo) de Ateos han tenido que lanzarse a conjurar la nueva tormenta de tintes medievales, oscuros, tétricos, que se nos viene encima.

Propongo que el presidente José Bono queme en pública hoguera la instantánea clerical y que, naturalmente, se castigue a todos aquellos diputados que han rubricado o utilizado las mencionadas postales navideñas que, por si fuera poco, en lugar del Felices fiestas, retrataba, en letras de imprenta, esto es, institucionales, un lamentable Feliz Navidad y Año Nuevo.

¡El laicismo está en peligro. Ateos: acudid a salvarlo!

¡Malditos curas!

En Hispanidad nos ha parecido tan rematadamente mal la actitud del Congreso que hemos decidido convertir el Libro de Horas en nuestra felicitación navideña, antes de que la nueva Ley de Libertad Religiosa entre en vigor y tan artística obra sea quemada en la Carrera de San Jerónimo. Estamos seguros de que esta vez ni el propio Congreso ni tan siquiera la SGAE reclamarán derechos de autor. Es una autoría que les interesa más bien poco.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com