El Gobierno ha decidido finalmente prorrogar el llamado Plan Prepara, una ayuda de entre 400 y 450 euros para parados que ya no reciben ninguna prestación.
Entre los criterios que hay que cumplir para recibir este dinero, los familiares juegan un papel fundamental, tanto para percibir más los que tienen personas a su cargo, como para no percibirlo quienes cuentan con un colchón familiar.
La crisis ha constatado una realidad que ya era conocida: la familia es fundamental soporte económico en tiempos de tribulación. El Gobierno es consciente de esta situación que, según muchos expertos, está permitiendo que muchas personas capeen los problemas económicos y no se vean sumidas en la pobreza.
Por eso, al diseñar el nuevo Plan Prepara, destinado, en principio, a que los parados de larga duración encuentren un nuevo empleo gracias a la formación suplementaria, se han aprovechado de la fuerte red familiar que sirve de sustento la sociedad española. No recibirán dinero las personas que puedan ser mantenidas por su unidad familiar. Sin embargo, recibirá más dinero aquellas de las que dependan otras personas.
Las condiciones estipuladas hasta ahora para las anteriores remesas de este plan no contemplaban estas limitaciones.
Se producían paradojas como que un joven que aún vive en casa de sus padres y que en realidad no busca trabajo de manera activa cobrase el mismo dinero que un padre de una familia con todos sus miembros en paro.
Estos años de crisis están demostrando que no hay varitas mágicas para solucionar la situación económica y que cualquier medida tiene sus efectos positivos y sus efectos negativos. Quien sí saldrá reforzada es la familia, que ha demostrado ser fundamental en los malos momentos, no solo por el dinero, sino, sobre todo, porque en ella se comparten alegrías y tristezas.
Valentín Abelenda Carrillo
