Sr. Director:
Josef Fritzl, demuestra el lado mas oscuro de la humanidad, el trato dado a su hija no se puede describir con palabras, es incalificable.
La tortura, el dolor y la angustia sufridos por su hija son inimaginables. Son en estos momentos en los que a más de uno le tienta la opción de la pena capital. Como pretender dejar sobre la faz de la tierra a sujetos como este, cierto que es un enfermo, pero sinceramente para mi eso es indiferente, todo acto tiene una consecuencia y es por ello que el castigo que debería caer sobre el sería vacuo incluso aplicándole la pena capital.
Este tipo de hechos nos hace pensar una cosa, para tener un perro o un gato, o incluso un coche o un arma las personas deben superar ciertos requisitos, en cambio para engendrar vida y traer al mundo nuevos seres que serán sus hijos, no se necesita ningún examen previo, claro esta que de establecer uno el estado se extralimitaría en sus competencias, pero es que a caso los Norman Bates de este mundo se les debe permitir tener hijos.
No quiero entrar en consideraciones religiosas, pero pese a que la capacidad de sobreponerse al dolor sea algo que siempre ha caracterizado a la especie humana, estoy convencido que la vida de la hija de Fritzl estará por siempre marcada.
Sé que mi alegato tiene ciertas rémoras al libro de Aldous Huxley "Un mundo feliz". Y sin obviar el hecho de que este tipo de individuos por lo general llevan una vida normal y apacible hasta que se descubre el horror. Así pues, espero que como mero ideal quede mi propuesta, pese a las dificultades y contradicciones que su aplicación entrañaría.
Jorge Ipiña Pando
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