En el mundo empresarial se da por descontado que la marca España perjudica a las empresas en el exterior. La imagen de un país endeudado, con una tasa de paro que ronda el 20% y con problemas estructurales que el Gobierno tarda en resolver contribuyó durante el pasado año al desprestigio de las compañías españolas, independientemente de que muchas de ellas funcionen correctamente y tengan mayor potencial que otras empresas europeas o estadounidenses de su mismo sector.
La lista de las 100 mayores empresas por capitalización, publicada por el diario alemán Handesblat, está encabezada por la petrolera estadounidense Exxon, seguida de Petrochina. Sólo dos compañías españolas están en este top 100: Telefónica, que desciende del puesto 39 al 50, y Santander, que baja del 36 al 65. Una buena muestra del mal momento que viven las cotizadas de nuestro país. Hasta tal punto que los bajos precios ponen a las compañías de nuestro país en situación de ser opadas. El Íbex es el cuarto peor índice mundial y su caída del 17,4% le ha convertido en un mercadillo en el que adquirir algunas gangas interesantes.
Mariano Tomás
mariano@hispanidad.com
