- El parlamentario Hendry Masih también era reconocido por su actividad en defensa de los derechos de las minorías religiosas.
- El gobernador de Punjab, Salman Taseer, musulmán, también fue asesinado por sus agentes de seguridad porque había defendido a Asia Bibi.
- La persecución llega además a Birmania, donde el proyecto de ley anti-conversión amenaza la libertad religiosa.
El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif ha condenado el ataque y ha ofrecido sus condolencias a la familia de Masih. "Los extremistas siguen cobrándose víctimas. Las minorías religiosas en Pakistán no están a salvo ni tampoco protegidas. Se está librando una guerra contra las minorías por parte de una franja radical islámica", dice Sardar Mushtaq Gill, abogado y defensor de los derechos humanos. Representantes de las organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, recuerdan que el gobernador de Punjab, Salman Taseer, musulmán, también fue asesinado por sus agentes de seguridad porque había defendido a Asia Bibi, la mujer cristiana considerada blasfema.
Pero en Birmania también hay persecución a las minorías religiosas. El Ministerio de Asuntos Religiosos de Birmania ha redactado un proyecto de ley -que se está discutiendo en el país- que regula las conversiones religiosas, como parte de un paquete de medidas relacionadas con el matrimonio, la religión, la poligamia, la planificación familiar... Todo ello sobre la base de las propuestas de organización budista llamada 'Asociación para la Protección de la raza y la religión'.
Más de 80 organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo están pidiendo al gobierno de Birmania que archive el proyecto de ley porque podría limitar el derecho a elegir libremente la propia fe. "Si se aprueba, esta ley violaría los derechos humanos fundamentales y podría conducir a más violencia contra los musulmanes y otras minorías religiosas en el país", dice el foro de las ONG, que incluye varias organizaciones de inspiración cristiana, en un comunicado enviado también a la Agencia Fides.
El proyecto de 'Ley sobre la conversión religiosa', anunciado oficialmente el 27 de mayo de 2014, prevé un verdadero "proceso" para obtener el permiso oficial para convertirse de una religión a otra. Los funcionarios de los departamentos gubernamentales tienen el poder de decidir si el solicitante ha ejercido la libre voluntad en la elección de cambiar su fe o no. Los que piden la conversión "con la intención de insultar o destruir otra religión" pueden ser castigados con penas de prisión de hasta dos años. Esto "plantea la posibilidad de detenciones arbitrarias y de detenciones de aquellos que desean convertirse del Budismo Theravada -la fe mayoritaria en Birmania- a una religión minoritaria", dice la nota enviada a la Agencia Fides. Incluso persuadir a un individuo con una "presión indebida" conduce a un año de prisión.
El foro de más de 80 organizaciones, entre las cuales Christian Solidarity Worldwide, afirma: "La Declaración Universal de Derechos Humanos afirma explícitamente que el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión incluye la libertad de cambiar de fe o de creencias religiosas. El nuevo proyecto de ley parece legitimar las opiniones de aquellos que promueven el odio y la incitación a la violencia contra los musulmanes y otras minorías, y en caso de aprobarse, institucionalizará la discriminación contra las minorías étnicas y religiosas. Instamos al Gobierno y al Parlamento a archivarla y descartarla por completo".
Las organizaciones no gubernamentales también invitan a abolir el Ministerio de Asuntos Religiosos y sustituirlo por una comisión independiente e imparcial, con el mandato de eliminar toda forma de discriminación por motivos religiosos en el país.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com