Sr. Director:

Hace pocos días vi en televisión una información sobre el alcoholismo juvenil. Se afirmaba en la misma que, según el estudio realizado, los jóvenes se inician en el alcohol a partir de los 13 años, y que uno de cada tres suele emborracharse dos o tres veces al mes.

Me impactaron estos datos, pero todavía me dejó más preocupado el comprobar, a través de varias entrevistas que se hacían a chicos y chicas en pleno "botellón", cómo mienten a los padres y la inopia en que estos parecen vivir.

Creo que el problema es grave y que la causa principal del mismo está en el permisivismo con que se educa a los hijos en buena parte de las familias. Si desde pequeños no se les dice nunca que no, será difícil que no se salgan siempre con la suya al llegar a la adolescencia.

Y no sirve de nada esconder la cabeza bajo el ala pensando que "a mí, mis hijos no me mienten" o que el problema afecta sólo a los hijos de los demás. Tampoco cabe esperar que sean las autoridades las que nos solucionen el  problema; son las familias las que han de evitarlo, preocupándose más, desde muy temprano, del "bien ser" de los hijos que de su bienestar.

José Pauner Sala

josepauners@hotmail.com