Sr. Director:
La Comisión Europea ha llegado a la conclusión de que la política agrícola de Estados Unidos desequilibra el comercio internacional, ya que conserva subsidios muy criticados por otros socios, como apoyos a los precios, préstamos o primas directas.

Para llegar a este punto Bruselas ha precisado de un informe en el que se pusiera negro sobre blanco lo que cualquier interlocutor medianamente informado le podría haber contado a la comisaria Mariann Fischer en cualquier charla de café: que EEUU está jugando con la Unión Europea en materia agrícola.

La diferencia es evidente: mientras los veintisiete han reformado un par de veces su política en los últimos años, con recortes de presupuesto y líneas de ayudas, para acercarse a las demandas de la Organización Mundial de Comercio, la Administración Bush no sólo mantuvo las suyas, sino que las incrementó; y Obama de momento es más que dudoso que se atreva a tocarlas.

Con ello Europa pierde fuerza en la competencia con terceros países mientras los norteamericanos mantienen su fortaleza a través de cuantiosas ayudas a sus agricultores, trabas arancelarias y administrativas a las importaciones y la presión internacional en favor de los estados en desarrollo en los que casualmente son multinacionales de EEUU las que concentran la mayor parte de la oferta alimentaria.

Y es que el error es de base, mientras EEUU considera la producción de alimentos como un sector estratégico y de presión hacia países terceros, Europa desprecia esta producción y prefiere comprarlos más baratos de países que protegen más su agricultura, es así que se pueda entender como Europa exige medidas de producción a sus agricultores que no exige a países terceros.

Xus D Madrid

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