Es el martirio del siglo XX y la batalla del siglo XXI: la coherencia. Noticias Globales nos explica lo que ocurre en el mundo con el caso de la Universidad católica de Notre Dame y el presidente Barack Obama.

No lo duden: el Nuevo Orden mundial (NOM) no quiere destruir a la Iglesia sino conquistarla. Barack Obama no quiere quemar templos sino utilizar a la Iglesia para lograr lo que más necesita un gobernante. El refrendo moral de sus actos. Es un sincretista. Por eso resulta tan peligroso.

Y ojo, porque la persecución contra los cristianos está dejando de ser 'persecución educada' para convertirse en violenta. Y el mayor enemigo no serán, como durante la II República española, las turbas que incendiaban iglesias, asesinaban curas, violaban religiosas y profanaban sagrarios. No, ahora el perseguidor será el Estado de Derecho, apoyado en la tibieza de los cristianos dispuestos a cofraternizar. Por ejemplo, la noticia de última hora nos dice que 19 manifestantes provida han sido detenidos por oponerse a que una universidad católica aplauda a Barack Obama. Notre Dame galardone al presidente de los Estados Unidos, es decir, un genocida abortero que no conoce límites en su política contra el ser humano más inocente y más indefenso. Todo conduce al mismo objetivo: conseguir presentar a todo creyente -a la postre, a toda persona convencida de algo- como un dogmático, un intolerante, un antidemócrata, que debe ser neutralizado. El cristiano que presenta contra Obama debe ser reprimido porque Obama es un gobernante votado por el pueblo. Ergo, no se puede discrepar de nuestros gobernantes, es antidemocrático. Con este argumento tan simple y en nombre de la democracia... nos cargamos la democracia. E insisto, ya no serán turbas las que asalten los templos, sino las fuerzas de seguridad del Estado, con todo el respaldo moral -o inmoral- que otorga la ley. Este es a lo que se enfrenta la Iglesia en la primera década del siglo XXI.

Ahora bien, contra la Iglesia, que sólo tiene la gracia de Dios y la palabra como armas, nada podría Barack Obama y el mundo mundial si los cristianos fuéramos fieles. El problema es que no lo somos.

Insisto: cuando la universidad católica de Nuestra Señora honra y galardona al abortero y anticristiano presidente de los Estados Unidos está afirmando: lo que tú dices es bueno. Exactamente igual que cuando, con motivo de su quincuagésimo aniversario -soy antiguo alumno y me he negado a participar en los actos- la Universidad de Navarra honra a sus dos ex alumnos, Pedro José Ramírez e Iñaki Gabilondo. O sea, a un personaje que está haciendo todo el daño posible a la Iglesia -todavía recuerdo sus repugnantes, injuriosos y calumniosos reportajes recientes sobre el Camino Neocatecumenal en el Mundo- o a Iñaki Gabilondo -el hombre que con más entusiasmo aplaude la política abortera de ZP al tiempo que insulta a los obispos cada noche desde el canal de TV de los Polanco.

¿Debe recibir a dos ex alumnos como Ramírez y Gabilondo una Universidad católica? Claro que sí, como a todo el mundo, y con los brazos abiertos. Lo que no puede es premiarlos, porque premiar es aplaudir su mensaje.

Además, si los frutos del proyecto pedagógico cristiano de la Universidad de Navarra son Ramírez y Gabilondo, habrá que recordar aquellas palabras del fundador del Opus Dei, san José María Escrivá de Balaguer: Algunos hijos míos son tan, tan laicos, que no parecen cristianos.

Estamos en puertas de la gran persecución contra la Iglesia y la tibieza puede convertirse en la quinta columna de los perseguidores. Rectores de Notre Dame, rectores de la Universidad de Navarra: no seamos gilipollas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com