La Junta de Andalucía pretende aprobar, en la tarde del miércoles, una ley sobre utilización de pre-embriones y reprogramación celular, todo ello con objetivos terapéuticos, claro está.
Mire usted, Susana Díaz, el pre-embrión no existe. Solo existe el embrión, tras la fecundación. Y con él un ser humano distinto, es decir, con un código genético distinto del padre y de la madre, aunque guarde las huellas de ambos.
Preembrión sólo es el eufemismo que utilizan los aborteros y quienes usan embriones humanos como cobayas de laboratorio.
Y no es reprogramación celular, porque el embrión no es un conjunto de células. Hombre, todos somos conjuntos de células, pero nos catalogamos como personas.
Por cierto, lo de los motivos terapéuticos es una coña. La utilización de embriones humanos constituye la mayor estafa científica del siglo XXI. Se han utilizado capitales públicos, dinero de todos, y no han curado ni un resfriado. Eso sí, han provocado tumoraciones.
Pues bien, a pesar de eso, la Junta de Andalucía se muestra dispuesta a seguir financiando esos tratamientos (como el ministro Guindos, dicho sea de paso). Al parecer, el ex ministro de Zapatero, Bernat Soria (en la imagen), un bluf científico colocado al frente del matadero de embriones de Sevilla, pretende seguir viviendo del cuento. Era el sabio que iba a curar la diabetes con l masacre de embriones humanos y no ha curado ni una gripe.
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