- República Centroafricana: la población se rebela contra los abusos de Seleka, "la situación es explosiva", advierte el obispo Aguirre.
- Patriarca maronita Rai: "La primavera árabe se ha convertido en un invierno de sangre y fuego".
Pero ahora la ferocidad de los miembros de este movimiento no tiene límites, llegando a la masacre incluso contra aquellos que deberían ser sus hermanos musulmanes. Boko Haram ha seguido avanzando en la sofisticación y la ferocidad de sus ataques, pero ahora está compuesta por fanáticos que han perdido su objetivo original".
Las palabras fueron pronunciadas por el obispo a raíz de la masacre cometida en la noche del 29 de septiembre por parte de extremistas islámicos de Boko Haram en la residencia de estudiantes del College of Agriculture de Gujba, en el estado de Yobe (norte de Nigeria). Según un superviviente de la masacre citado por la Associated Press, la mayoría de las 40 víctimas eran casi todos musulmanes.
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, en un discurso por la televisión a la nación, condenó el acto criminal y se preguntó cuáles son los objetivos de Boko Haram. El presidente también estableció un paralelismo entre las acciones de Boko Haram y la masacre llevada a cabo por los Shabaab somalíes en el centro comercial Westgate en Nairobi (Kenia) la semana pasada. Boko Haram ha dicho en el pasado que algunos de sus miembros han sido entrenados en Somalia.
Pero hay más yihadistas en África, como la secta Seleka, en la República Centroafricana, que siguen maltratando inocentes. "Es una situación explosiva que puede causar una tragedia", dice a Fides Mons. Juan José Aguirre Muñoz, Obispo de Bangassou, donde en el barrio de Tokoyo, los habitantes han creado una barricada para protestar contra la violencia y los abusos de los rebeldes Seleka.
"La protesta se desató ayer por la noche después de que los hombres de Seleka torturasen a un muchacho en el barrio, un taxista de motocicleta. La gente está cansada del acoso constante de los rebeldes que han instituido puestos de control para extorsionar a la población todos los días, que ya se ve privada de todo", dice el obispo.
"Se ha creado una situación muy tensa porque delantera de la barricada de los residentes locales, armados con machetes, se han agrupado los hombres de Seleka unidos con varios comerciantes musulmanes locales, a su vez, armados con Kalashnikov proporcionados previamente por los rebeldes", dijo el obispo.
"Al ser advertido por el párroco del barrio he enviado a mis dos vicarios vestidos con la toga blanca para tratar de calmar la situación, y hemos pedido al Iman y al representante de la juventud musulmana que nos ayuden a restaurar la paz", dice Mons. Aguirre. "El problema real no es un choque de religión, cristianos contra musulmanes, sino que el problema son los continuos abusos contra la población por parte de los rebeldes", dice Mons. Aguirre. "Lo que está sucediendo ahora mismo en Bangassou también ocurre en otras ciudades de Centro-áfrica porque la población está realmente exasperada porque los rebeldes de Seleka les roban todos los días", concluye el Obispo.
Por otra parte, el Consejo de los Patriarcas Católicos de Oriente se reunió este 27 de septiembre en la sede del Patriarcado Maronita de Bkerké (Líbano) para una reflexión compartida ante las convulsiones que están trastornando la región de Oriente Medio, poniendo en riesgo la propia existencia de las comunidades cristianas de tradición apostólica arraigadas en la zona.
La reunión, organizada por el patriarca maronita Bechara Boutros Rai, contó con la participación entre otros, del patriarca caldeo Louis Raphael I Sako, el Patriarca greco-melquita Grégoire III Laham, el Patriarca sirio católico Ignacius Yusuf III Yunan y el Patriarca armeno católico Nerses Bedros XIX, indicó la agencia de noticias FIDES.
En su discurso de apertura, el Patriarca Rai se ha referido al Sínodo Ordinario sobre Oriente Medio, celebrado en el Vaticano en octubre de 2010, señalando que precisamente el final de ese Sínodo "coincidió con el inicio de la primavera árabe. Por desgracia", ha dicho el Patriarca maronita "aquella primavera se ha convertido en un invierno, de sangre y fuego, en masacres y destrucción, precisamente cuando el pueblo aspiraba a una nueva vida y a reformas, en un universo de globalización".
Hoy más que nunca -continua el Cardenal libanés- "esta región necesita el Evangelio de Jesús, el de la paz, la verdad, la fraternidad y la justicia, porque si el mundo pierde el Evangelio, conocerá una situación de destrucción, tal como la que vivimos hoy en día".
La cumbre también será una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de los cristianos en Oriente Medio, en un esfuerzo por delinear criterios de discernimiento pastoral compartidos ante los conflictos que afectan a la región, desde la tragedia siria.
Urgen oraciones por los cristianos perseguidos en el mundo.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com