Llevamos unos años en los que los autodenominados progresistas utilizan la palabra género para muchos más de los que se utiliza en biología y en lengua, el género se ha convertido en término básico de la organización de la vida humana. Sin duda este concepto tiene una base marxista, siendo precisamente los fundadores del marxismo quienes lo utilizaron primero para deducir su lucha de clases.
La ideología de género persigue liquidar a la familia que llama tradicional que no es otra que la familia, punto. Pretende liquidar la condición natural del ser hombre y del ser mujer, que ve en la maternidad una práctica de supeditación de la hembra al macho.
La ideología de género es, en definitiva, una ideología que inspirándose malamente en el marxismo proclama la superación del actual modelo de sociedad mediante la transformación de la diferenciación sexual en puras categorías culturales y, por consiguiente, opcionales y elegibles donde tanto da ser hombre, mujer, homosexual, heterosexual, bisexual o transexual. Todo es lo mismo y mudable...
La propuesta de los expertos de la Fundación CIVES y la Universidad Carlos III sobre la asignatura obligatoria denominada Educación para la Ciudadanía, que se imparte en Primaria, ESO y Bachillerato, en algunos casos en lugar de la asignatura de Religión, parece que contiene mucho de neomarxismo trufado de ideología de género a fin de convertir a nuestros hijos en ciudadanos modernos y progresistas, aunque no necesariamente felices... El caso es que mientras que en el marxismo clásico, centrado en la esfera productiva de bienes, sabíamos que había unas fronteras ideológicas y físicas (el famoso muro de Berlín), en el neomarxismo, centrado en la esfera reproductiva, todavía no sabemos dónde y cómo se van a construir esas fronteras y si también habrá un muro de hormigón o de otro material menos convencional.
Jesús Domingo Martínez
jesusdomingo125@gmail.com