Pues y no sé si queda muy navideña la imitación de Tampico sobre la muy neoyorquina nacida del Rockefeller Center, aunque sólo sea para introducirse en España con su maravilloso zumo 'Citrus Punch' -que también suena un poco hortera-.
Lo digo porque en el mismo centro Rockefeller donde los neoyorquinos patinan y celebran la encarnación del Verbo -se supone que es eso, ¿verdad- en el que tiene su sede la masónica Logia Rockefeller, una de las más sectarias y anticristianas que hayan surgido en el siglo XX?.
No exagero ni un ápice: hasta su reciente traslado a las afueras de Nueva York, allí, en el Centro Rockefeller, que medio mundo asocia con la Navidad, se exhibía la estatua de Prometeo, mito griego cuyo significado había sido convenientemente modificado por los masones de la multimillonaria familia norteamericana. Para ello, Prometeo representaba a Lucifer. Sí, en teoría, la estatua de una figura dorada provista de una antorcha simbolizaba la razón, la ilustración y la ciencia, pero los maestros masones rockefellianos, que habían dado el paso desde el racionalismo a la adoración de Lucifer, no se recataban en explicar el 'verdadero' significado de la escultura.
Y es que la Logia Rockefeller es una de las que ha dado ese paso del racionalismo a la adoración del dios de la luz (luz, bombilla, ilustración, adoración luciferina. ¿Me siguen?). En los cultos masónicos no hay que confundir a Satán con Lucifer. Satán es el contrario a Dios, mientras que Lucifer, palabra que no aparece en los evangelios (mientras que demonio o Satán aparecen decenas de veces), implica una resurrección del maniqueísmo, con sus dos dioses: el bueno y el malo, el creador del bien y el creador del mal. Sólo que los rockefellianos, como otras logias masónicas, creen en que el Dios bueno no es Cristo, sino Lucifer.
A lo mejor los de Tampico no se han enterado. En cualquier caso, su elección es muy lógica: para imitar a los millonarios Rockefeller nada mejor que la urbanización más multimillonaria de todas las que existen en España: la urbanización de La Moraleja. En La Moraleja Green, que aquí somos todos progresistas, ecologistas, masoncetes... y millonarios. Y que no decaiga.
Eulogio López
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