Esto es como la banca digital de la que habla el presidente del BBVA, Francisco González, sólo que en Navidad. Y con el lenguaje digital al uso: rapidez, mucha concreción y poca abstracción, hacer más que enseñar y la tendencia al rigor por encima de la verdad: en efecto, no dejen de ver el simpático mensaje y comprobarán que para cualquiera que jamás hubiese oído hablar de la Navidad tras contemplar este, insisto, simpático resumen, sabría con todo rigor: qué, dónde, cuándo y cómo ocurrió lo reseñado pero no tenía ni idea del porqué, es decir, de la esencia de la Navidad.

La verdad siempre es rigurosa, aunque resulte indemostrable. Pero lo riguroso puede ser falso

Eso es lo que ofrece Internet: mucho rigor y ninguna verdad. La verdad debe aportarla el hombre, el único capaz de ir más allá del dato, no el informático. Lejos de mí el establecer distingos entre ambas naturalezas, pues los informáticos son hombres aunque no todos los hombres sean informáticos. Pero el dato, en sí mismo, no nos sirve para nada porque no concluye nada. Lo que digo es que Internet, una maravilla de libertad, se guía por el rigor, no necesariamente por la verdad.

Y cuando nos preocupamos por el rigor más que por la verdad... entonces estamos en el pensamiento débil. Porque todo lo verdadero es riguroso, aunque resulte indemostrable, pero no todo lo riguroso es verdadero.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com