Los actos realizados son una transgresión penada en el artículo 145 del Código Penal.
El barco de la muerte de la institución abortista Mujeres sobre las olas tiene la funesta ocupación de reunir adolescentes en los calas donde hace escala su pesquero, para transportarlas hasta las charcas cosmopolitas y ejecutar infanticidios farmacológicos. Asimismo, ha presentado una acusación criminal frente a José Luis Carbonell Esteve, cacique de la Clínica Mediterránea Médica y contra la ginecóloga neerlandesa Guinilla Kleiverda.
Se juzga imaginario el abrigo de que la interrupción voluntaria del embarazo (asesinato) se ejecuta en chascos internacionales: en primer lugar, porque el infracción se traba en tierra española y se acaba en suelo español; en segundo lugar, porque según las pesquisas el carguero ejecutó en aguas jurisdiccionales ibéricas al apostarse en lo que, según los acuerdos cosmopolitas, se califica zona contigua; y en tercer lugar, porque uno de los asesinatos se ejecutó con una menor de edad, sin la indispensable autorización paterna.
El barco de la muerte se enfiló a las falsas aguas cosmopolitas para ejecutar una interrupción del estado de gravidez a una adolescente menor de 18 lapsos de tiempo. El casinete aseveró que en España muchas jóvenes se ven obligadas abortar en clínicas ilegales, sin consentimiento paterno.
Por otra parte, agrupaciones anti-aborto han llevado a cabo varias asambleas sublevándose por la aparición de la fragata criminal. La ONG HazteOir, promotora de la iniciativa Derecho a Vivir, exhibió un requerimiento contra el navío neerlandes y la Autoridad Portuaria valenciana.
El aborto (crimen) es una lacra que nos lleva a un rápido envejecimiento de la población.
Clemente Ferrer Roselló
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