El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Rouco, estuvo brillante en el desayuno informativo de este miércoles. Le preguntaron si se consideraba de los obispos "duros" como le califican en la prensa.
Respuesta a la gallega: "Hombre, pinta de boxeador no tiene uno". Muy divertido.Pero atentos a la respuesta sobre la polémica memoria histórica. Comienza diciendo que "es innecesaria". Vamos, que reabre unas heridas sin ninguna necesidad ni tampoco demanda social. Ya hemos informado que la cifra de personas que ha reclamado conocer el destino de sus familiares es ínfima. No justifica una ley. Y menos con la parálisis de producción legislativa de esta legislatura.
Pero Mons. Rouco añade que no ha recibido ninguna requisitoria del juzgado del juez Garzón. Colleja al ‘juez estrella' porque probablemente, como siempre, habrá tenido errores formales que pongan en solfa su actuación. Y hay más: el arzobispado de Madrid continúa afirmando que los archivos de la Iglesia están abiertos "siguiendo el procedimiento del Derecho Canónico". No dice más, pero el procedimiento señala que los archivos no se pueden abrir de manera genérica por respeto a la confidencialidad. Es decir, si la autoridad civil reclama un dato concreto porque está persiguiendo un delito concreto, los archivos concretos se abren para ese juez concreto para ese deliro concreto. Pero los archivos de la Iglesia no se abren de manera general.
Y una última pulla a la gallega: "Hombre, si están buscando los archivos del bando republicano, lo van a tener difícil porque la mayoría fueron quemados; tenemos archivos desde los años
En fin, que Mons. Rouco no tiene pinta de boxeador, no. Pero ejerce -y mucho- de gallego. Un maestro.
Luis Losada Pescador
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